Nefasto. No se puede calificar el partido de otra manera. Sin defensa, sin ataque, sin tiro, sin nada. Ante eso, poco se puede hacer. Mi renuncia tenía por objeto concienciar a la gente, ver si había un giro, una reacción. Nada. Nada de nada. Se sigue mirando más el fallo del compañero que el del rival. Se pierde el balón por jugarlo mal y todos esperan que lo arregle el que lo ha perdido. No señor. Ésto es un equipo y todos vamos por el mismo lado. Pero a veces tengo la sensación de que ésto es una puta mierda. Y luego están los que no quieren hacer nada por temor a equivocarse y que les griten.
A la pregunta que plantee el domingo, se me ocurren otras más. ¿Sabemos jugar al fútbol? Es decir, cuando salimos al campo, ¿sabemos lo que hay que hacer?¿somos conscientes de ello?¿sabemos que tenemos un partido que sacar adelante?¿o sólo nos fijamos en lo que hacemos de forma individual?. Si alguien no sabe lo que tiene que hacer, cuando le toque salir al campo, que pregunte. No por ello va a jugar menos. Es más, si hace lo que se le pide que haga, seguramente jugará más.
Pero también tiene parte de culpa el entrenador. Y la tiene por no preocuparse como juega la gente que no conoce. Así no se puede hacer nada.
Este equipo es imposible de entrenar. Entre otras cosas porque hay gente que no cree en el propio equipo.
martes, 27 de abril de 2010
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